sábado, 5 de junio de 2021

Verán los resultados, pero jamás entenderán lo que invertiste en ellos.

 Este último año decidí poner a prueba todos mis conocimientos y capacidades con el fin de llevarme al límite para intentar ser consciente de mi valía para mi misma y para el mundo. 

Con ese objetivo en mente, me apunté a dos Másteres Universitarios, uno a distancia y otro presencial. Además, para darle algo más de jugo al asunto cogí un trabajo de un par de horas al día que me permitiese costear estos estudios en caso de que no me proporcionasen una beca. 

Estamos a cinco de junio y puedo decir que estoy deseando que llegue el momento en el que termine con esta tortura que yo misma escogí, aunque todavía me quede más de un mes para ello. El camino hacia este final ha sido una verdadera montaña rusa de emociones. Ha habido momentos en los que me he sentido la dueña del mundo y otros en los que tan solo quería abrazar mis rodillas y abandonarlo todo. Pero si debe nombrarse una constante en esta montaña rusa he sido yo misma. 

Cuando me apunté a esta locura busqué experiencias de personas que hubiesen pasado por ello con el fin de comprobar que era posible, que no estaba soñando, que no me estaba marcando una meta inalcanzable. 

Y sí, es posible, pero de lo que nadie me habló fue de lo muy poco valorada que te vas a sentir en el proceso. Es frustrante ver como tú misma puedes ver en perspectiva los enormes logros que estas alcanzando pero que aún así a tu entorno le parezca que "no es para tanto". 

Permíteme decirte que sí, que sí lo es. Que es una bestialidad que una persona sea capaz de realizar en un año las tareas y funciones de tres personas y salir de ello sin demasiados rasguños. 

Si quieres un consejo te diré que tienes que ser muy fuerte para meterte en esto, tienes que creer mucho en ti misma y ser muy consciente de que puedes hacerlo y de todo el tiempo y esfuerzo que estas empleando en ello. El mundo no va a apoyarte, y si lo hace te parecerá insuficiente. Ninguna palmadita en la espalda calmará el estrés y la ansiedad a la que te expondrás cada día. Aunque he de decir que, aunque no sea suficiente, se agradece enormemente que alguien te apoye en el camino. 

Aprenderás a valorar mucho más los pequeños momentos de socialización que te permitas, y debes saber que eso no garantiza que las personas con las que los compartes lo valoren. Solo tú verás el esfuerzo que haces por sacar ese día, esa noche o esas horas para invertir en cuidar tus relaciones personales. A tus allegados ese tiempo les parecerá igual de insuficiente que a ti el apoyo que te dan. 

Pero no desesperes. Aprende a invertir el tiempo en ti, en cuidarte a ti misma, en quererte y apoyarme más allá de todo. Sé tu propia fuente de energía. Solo a través de no necesitar a nadie podrás recuperar esa vida "normal" a la que estabas acostumbrada. 

Ánimo. Queda el último empujón. 


"La razón por la que las personas fracasan realmente no es porque pusieron sus metas muy altas y no llegaron, sino porque las pusieron muy bajas y las alcanzaron" Jordan Belfort

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