Teoría del saber vivir.

Tengo muchas teorías en mi vida, y hoy quiero compartir algunas de ellas:

- La palabra amigo es una palabra que no debe usarse a la ligera. Pienso que hay una "escala de amistad" y en esa escala amigo es prácticamente la cúspide de todo. Una persona a la que conoces poco, de la que no sabes nada, de la que no sabes responder a la pregunta ¿por qué? no es tu amigo, puede ser tu colega, compañero o conocido, pero no amigo. Un amigo se gana el derecho de ser llamado así, al igual que una madre se gana el derecho a que sus hijos la llamen mamá. Yo, personalmente, llamo amigo a aquellas personas a las cuales, cuando imagino mi futuro, las veo a mi lado en los acontecimientos importantes.
- Puedes saber como es una persona en la cama según su forma de cocinar. Cocinar es un arte, y el sexo también. Para mí una persona que bate un huevo con brusquedad y sin ninguna elegancia, no será un buen amante. Cómo todo en esta vida, nadie nace enseñado, pero la experiencia hace al maestro. Esa persona que consiga preparar la comida más simple con un tono de serenidad y elegancia será aquella que te hará flotar en el "postre".
- Los humanos somos buenos por naturaleza. Aunque muchos cambian debido a las circunstancias. Una persona jamás tendrá como fin el mal de otra, a menos que sus circunstancias le hayan hecho cambiar.
- Los profesores deberían cobrar en base a lo aprendido por sus alumnos. Pienso que un buen profesor es aquél el cuál al salir de la clase, sus alumnos son distintos, poseen un poco más de cultura y saben algo más antes de volver a la cama. Aquellos que al final del curso hayan comprendido, analizado y sacado sus propias conclusiones sobre la lección de vida que el profesor les ha proporcionado. A ese profesor deberían retribuirle los méritos, pues su labor es enorme.
- El presente es el precio que debemos pagar para el futuro. En el momento en el que avancemos, dejaremos atrás ese presente, o convertiremos en nuestro pasado y ya nunca podremos cambiarlo.Por ello debemos procurar siempre que nuestro presente sea satisfactorio para nuestro criterio, pues si no siempre nos arrepentiremos de ello.
- Una persona tan solo posee tres oportunidad, o motivos, para hacer llorar a otra. Hay que dar oportunidades a las personas y creer en ellas, pero si después de hacerte sufrir dos veces se atreven a hacerte sufrir una tercera, aléjate de esa persona, no merece la pena, no merece tus lágrimas. Reserva tus lágrimas para aquella persona que se arrepienta tanto de habértelo hecho pasar mal que jamás vuelva a cometer esa calamidad.

Por ahora, creo que es suficiente, tengo muchísimas más teorías, pero si pretendiese recogerlas todas en un escrito jamás acabaría de escribir, pues la mayoría tan solo funcionan en mi cabeza y no soy capaz de darles sentido mediante las palabras.