miércoles, 20 de enero de 2016

Carta abierta a las personas de mi vida.

Es un hecho el decir que por la vida de una persona los amigos van y vienen, pero por mi vida han pasado más amigos que buenas decisiones. En mis cortos 19 años de vida he tenido 6 "amigos para toda la vida", 3 "mis hijos te llamarán tía/tío", más de una veintena de "amigos que siempre estarán ahí", 5 grupos de "estaremos siempre unidos" y más de un centenar de "¡prometo que quedaremos más!". 

Todo esto me ha llevado a la conclusión de que las relaciones humanas se están convirtiendo en una farsa. Explicaré esto siendo sincera: siempre que he hecho un nuevo amigo ha sido porque esa persona necesitaba algo de mí o yo necesitaba algo de ella. Dentro de este "algo" encontramos un infinito abanico de posibilidades que van desde el más cálido de los abrazos hasta la más complicada pregunta del examen. 

En la actualidad las relaciones se han convertido en un intercambio de intereses. Valoramos a las personas que nos rodean en torno a lo que nos aportan, ya sea chicles, besos o conocimientos. Utilizamos a los humanos que nos rodean como fuente de ingresos ilimitada de cosas que necesitamos. Sin embargo, como ya he dicho, son un "intercambio" y cuando tú das algo esperas, consciente o inconscientemente, recibir otro algo a cambio, aunque sea una simple conversación vacía.

Muchas veces esta concepción que me he creado de las relaciones humanas me ha llevado a que algunos de esos "amigos" que he mencionado antes desaparezcan de mi vida, pero, por desgracia, no sin dejar rastro. Pues cuando alguien desaparece de tu vida deja incompleta esa acción del intercambio y da a conocer la que he bautizado como "la sensación del vacío argumental". Esta sensación tiene muchas formas de manifestarse, desde la decepción y la depresión hasta la alegría y la euforia, pues depende del tipo de intercambio que estuvieses realizando con dicha persona. Me explico. Si una persona que no hace más que pedirte cosas y cosas y cuando tú necesitas algo de esa persona te es imposible conseguirlo, no vas a llorar si desaparece de tu vida. Saldrás de fiesta, si eso. Pero si se da un intercambio notable de las denominadas "cosas importantes de la vida", cuando ese intercambio deja de producirse, con o sin un motivo aparente, se nota. Y mucho. Tanto es así que cada vez hay más depresiones en este finito planeta.

A pesar de todo esto, siguen existiendo relaciones que superan barreras, mareas, muros, hasta niveles del Candy Crush. Y parece que están hechas para durar para siempre. Pero... ¿qué más dará eso al final? Nacimos para el mundo y moriremos por él, sin importar cuantas veces nos dijimos te quiero, cuantas veces les llamamos groseros o cuantas veces le tiramos de los pelos a la más zorra del bar. 
Así que, si quieres un consejo: vive, que las putadas y placeres que te harán disfrutar de esa vida, llegarán de la mano de las personas-amigo con las que intercambies intereses y esos intercambios tan solo dependen de ti y de tus actuaciones, así como de la capacidad que tenga la otra persona de entablar una conversación en la que no termines hablando del clima. 


"Si las personas fueran dinero, el mundo estaría lleno de billetes falsos."
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...